viernes, 10 de junio de 2011

Crónicas del Club XI: Recuerdos

Isabel, con su enorme sabiduría en el tema psicológico, a raíz de un pasaje de Filomeno nos introduce una interesantísima reflexión sobre la memoria y los recuerdos. "Los recuerdos son algo fundamental para Filomeno, aunque con el paso del tiempo se le vayan diluyendo. Con la edad nos anclamos a los recuerdos como tesoros, son asideros vitales fundamentales, una cuestión de supervivencia. Por otro aldo, a veces el cerebro no permite acceder a determinados recuerdos, los tapa, los oculta, pero siguen ahí grabados. Es el caso de experiencias traumáticas y en psicología, se usa la terapia de ver fotos antiguas para que eso vuelva a salir a flote".

Estas ideas dan pie a una jugosa tertulia. Isabel nos continúa diciendo que la memoria olfativa es muy receptiva. El olor queda muy bien grabado en la memoria y cuando recuerdas una situación te vienen a la cabeza los olores. Es algo que pudimos comprobar en un ejercicio en la escuela de letras libres. Ra nos habla de cómo son los recuerdos de la infancia. Cuando uno es pequeño no conoces bien el mundo, no sabes cómo interpretarlo. Esoso huecos se rellenan con imaginación, con fantasía. Carmen nos habla de esos momentos en que uno tienen un recuerdo como si le hubiera pasado a él, pero en realidad es algo que le han contado, algo que le ha pasado a otro. Otra idea que surge es que los recuerdos se modifican, su aroma va cambiando, se rellenan espacios, se alteran sensaciones... Sin embargo el inconsciente sí es algo que "va" directamente al momento, las experiencias quedan grabadas a fuego ahí, marcadas. 

"¿Cómo puede ser que te acuerdes de cosas de la infancia?" es una pregunta que lanza Carmen. Antoñín sugiere que son experiencias que te marcan mucho y que hay activadores del recuerdo. Para él lo es una lata de caramelos que instantáneamente le retrotae a una experiencia con su padre en la infancia. Me quedo para finalizar con una reflexión de Isabel: "Tenemos tendencia a revivir constantemente el pasado en el presente. Vuelve constantemente el recuerdo. ¿Cómo construímos la realidad? Podemos hacerlo de manera triste (repitiendo y revolviéndote en las experiencias negativas) o de manera alegre (desdramatizando, relativizando). Si esta persona me dijo tal cosa, o me impuso tal cosa, puedo preguntarme ¿por qué lo decía? ¿bajo qué condiciones? ¿Por qué me dejo llevar? Es más cómodo dejarse llevar, en efecto, mientras que lo otro cuesta más, hay que trabajarse, relativizar tus creencias.Pero se puede, sin duda, construir una realidad bonita y alegre. Porque la realidad la construimos nosotros mismos."

A nuestro pesar terminamos la lectura de Filomeno, muy pronto "El curioso incidente del perro a media noche".

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