jueves, 15 de diciembre de 2011

¡Artistas!

Un artista nunca es pobre.
Por todo el mundo resuena el grito del corazón del artista.
Permíteme hacer todo aquello de lo que soy capaz.



¿Para qué sirve el arte?

Para darnos la breve pero fulgurante ilusión de la camelia, abriendo en el tiempo una brecha emocional que parece irreductible a la lógica animal.

¿Cómo surge el Arte?

Nace de la capacidad que tiene la mente de esculpir el ámbito sensorial.

¿Qué hace el Arte por nosotros?

Da forma y hace visibles nuestras emociones y, al hacerlo, les atribuye este sello de eternidad que llevan todas las obras que, a través de una forma particular, saben encarnar el universo de los afectos humanos.

Muriel Barbery, La elegancia del erizo




–El arte es la ciencia de lo inútil.
–¿Quiere decir usted que desprecia las artes; que las considera algo trivial, y a quienes las practican gentes desocupadas que no tienen otra cosa que hacer?
–¡Nada de eso, doctor! ¡Considero que el arte es tanto más sublime cuanto mayor es su inutilidad!
–Explíquese mejor.
–El hombre es el único animal que se crea necesidades que nada tienen que ver con la subsistencia del individuo y con la reproducción de la especie. No le basta comer alimentarse, sino que condimenta los alimentos, de modo que añaden placer a la satisfacción de su necesidad. No le basta vestirse para abrigarse, sino que añade, a esta función tan elemental, la exigencia de confeccionar su ropa con determinadas formas y colores. No se contenta con cobijarse, sino que construye edificios con líneas armoniosas y caprichosas que exceden de su necesidad: lo cual no ocurre con la guarida del zorro, la madriguera del conejo o el nido de la cigüeña. ¿Hay algo más inútil que la corbata que lleva usted puesta? ¿De qué le sirve al estómago una salsa cumberland o un chateaubriand a la Périgord? ¿Qué añade al cobijo del hombre el friso de una escayola o las orlas en forma de signos de interrogación de los hierros que sostienen el pasamano de una escalera? Pues bien: todo eso que está inútilmente añadido a la pura necesidad... ¡ya es arte!
...
–Pues bien -continuó Alicia-. En el momento mismo en que el espíritu creador del hombre se despegó incluso de la necesidad primaria para producir sus lucubraciones, nacieron las grande Arte: la Poesía, La Danza, la Música y la Pintura.
...
Que queda por último, la Música. ¿Qué mayor inutilidad que unir unos ruidos con otros ruidos que no expresan directamente nada y que pueden ser interpretados de mil distintas maneras según el estado de ánimo de quien los escuche? ¿A quién alimenta eso? ¿A quién abriga? ¿A quién cobija? ¡A nadie! La Música es la más inútil, biológicamente hablando, de todas las Artes y, por ello, por su pavorosa y radical inutilidad, es la más grande de todas ellas; la menos irracional, la más espiritual, la más humana,

Torcuato Luca de Tena, Los renglones torcidos de Dios

 

O simplemente como dice un amigo mío por estas fechas: "el arte" es morirte de frío.